Infecciones de transmisión sexual

La clamidiasis es una bacteria, denominada Clamydia Trachomatis, que provoca la inflamación del cuello del útero en el caso de la mujeres y que puede no presentar síntomas iniciales.

Aproximadamente un 70% de las mujeres se ha visto afectada por esta ITS, notando molestias al orinar o al mantener relaciones sexuales.

En el caso de los hombres se aprecia una secreción amarillenta en el meato urinario, ardor y dolor.

Como tratamiento en ambos casos es necesario antibiótico, por ejemplo la doxiciclina o la azitromicina.

En caso de no tratar a tiempo la clamidiasis, la mujer puede sufrir enfermedad inflamatoria pélvica y el hombre podría padecer epididimitis; en ambos casos podrían llegar a sufrir como secuela la esterilidad.

La enfermedad llamada Gonococia es producida por la bacteria Neiseria Gonorrhorrae y sus síntomas afectan a la uretra y a las glándulas de bartholino, entre otras zonas. Pueden no manifestar síntomas iniciales o apreciar flujo amarillento, molestias en el bajo vientre y al orinar. En el caso del hombre, la orina se torna turbia, produce escozor y secreción con pus en meato urinario.

Para tratarla se recurre al antibiótico, los derivados de la penicilina. Su período de incubación puede ser de uno a treinta días.

Si no se trata medicamente cuanto antes, es probable que provoque enfermedad inflamatoria pélvica en la mujer y epididimitis en el hombre, los cuales pueden llegar a sufrir como secuela la esterilidad.

El herpes genital es un virus denominado Virus del Herpes Simple II y I, que produce síntomas de ardor al orinar, vesículas, sensación de hormigueo, molestias y picores en la zona genital; desaparecen solos en unas tres semanas, aunque el virus queda latente y puede volver a producir síntomas.

Esta ITS no tiene tratamiento curativo, aunque existe la posibilidad de aliviar los síntomas. Tiene un período de incubación de entre dos y veinte días, durando de media de cuatro a seis días.

El virus de la Hepatitis B produce náuseas, vómitos y mialgias, además de que el paciente nota cansancio y falta de energía. Al orinar se aprecia color oscuro y la piel se torna amarillenta.

Para evitar esta infección de transmisión sexual existe una vacuna, pero no hay ningún tratamiento contra ella.

El período de incubación de la hepatitis B es de cuarenta días a siete meses.

El VIH-SIDA es el virus de la inmunodeficiencia adquirida y sus síntomas afectan al sistema defensivo (linfático), aunque puede permanecer en el cuerpo varios años sin presentar síntomas; Hay casos que tras unos seis meses después de contraerlo pueden sentirse dolores de cabeza, dolor muscular y cansancio, entre otros.

El sida afecta a diferentes órganos, como el pulmón, la piel, o el encéfalo, debido a la destrucción del sistema linfático. Y aunque no existe curación, los médicos utilizamos los retrovirales para retrasar la aparición de los síntomas.

Esta ITS tiene un periodo de incubación de hasta noventa días.

La sífilis es causada por una espiroqueta que recibe el nombre de Treponema Pallidum.

El inicio de la infección se presenta con una lesión erosiva e única que produce dolor e indurada en la zona de los genitales, en la zona anal o en la boca y desaparece sin necesidad de tratamiento. La enfermedad continua evolucionando con el tiempo, dando lugar a su segunda y tercera fase en la que el paciente sufre lesiones en la piel y las mucosas así como en órganos internos como el sistema nervioso central o el corazón.

Como tratamiento se emplean antibióticos, penicilina. Y su período de incubación es entre nueve y noventa días.

La enfermedad de transmisión sexual llamada Sarna en un artrópodo denominado Sarcoptes Scabiei, produce lesiones cutáneas que se aprecian por la aparición de pequeñas manchas en línea y de color rojo, picor en la zona de las muñecas, en los genitales, los codos y las axilas, entre otras partes corporales.

Para tratarla se emplean cremas específicas y algunas lociones y tiene un período de incubación de hasta treinta días.

La Pediculosis en un artrópodo llamada Phtirius Pubis, al que conocemos popularmente como “Ladilla”, y que provoca síntomas de picor en la zona genital con variaciones en la intensidad. Los parásitos se pueden observar claramente en la zona del vello púbico.

Como tratamiento existen lociones y champús especiales. Y el período de incubación de esta ITS es de cinco días a varias semanas.

Tricomoniasis en una enfermedad de transmisión sexual causada por el protozoo flagelado Trichomonas Vaginalis.

Como síntomas provoca secreción vaginal, flujo amarillento, grisáceo o de un tono verdoso, espumoso y con mal olor. Además en la mujer aqueja dolor o ardor vaginal durante las relaciones sexuales.

En el hombre sufre escozor al orinar y escasa secreción matutina en lauretra.

Para tratar esta infección recurrimos a antibióticos como el Tinidazol o el Metronidazol. Su periodo de incubación es de seis a ocho días.

La enfermedad Vaginosis bacteriana es un cocobacilo gram cuyo nombre científico es Gardnerella Vaginalis, y se produce como consecuencia de cambios en la flora vaginal, por lo que no es una ITS.

Provoca síntomas de flujo de tono amarillo y olor fuerte en las mujeres, y en los hombres se presenta asintomático.

Para su tratamiento, que idealmente debe ser vaginal, se aplican antibióticos como la Clindamicina o el Metronidazol.

La Candidiasis vaginal es producida por un hongo siendo el más habitual el denominado Cándida Albicans, cuyos síntomas son picor y escozor en la vulva de la mujer, acompañado de flujo espeso y de color blanco.

En el caso del paciente masculino se siente picor y pequeños puntos rojos en la zona del glande.

Esta es otra de las infecciones que se pueden originar debido a un cambio en la flora vaginal habitual. Y para erradicarla se recurre a medicamentos antifúngicos que se aplican a nivel local o general.

El Papilomavirus, HPV, pertenece a una familia vírica que incluye alrededor de cien subtipos denominados de forma numérica, siendo los más frecuentes el 6, 11, 16, 18, 45, 31, 33, 35…

Esta ITS es la más frecuente y produce lesiones precancerosas, que en algunos casos evolucionan a cáncer de cuello del útero.

Según las estadísticas, el 75% de las mujeres que mantienen una vida sexual activa ha estado en contacto con este virus. Esta enfermedad es asintomática y se puede detectar por medio de una citología y test especiales para este virus.

En la mayor parte de los casos es el propio organismo el que lo elimina, sin embargo cuando el sistema inmunitario no lo destruye, en un mínimo porcentaje, el virus se desarrolla y provoca lesiones cancerosas en el cuello uterino pertenecientes a los subtipos 16 en un 53% y al subtipo 18 en un 70.%.

En los subtipos 6 y 11 produce la aparición de verrugas en la vulva, el ano, la vagina y el cuello del útero.

Como tratamiento, en el caso de las verrugas se pueden eliminar mediante láser, Imiquimod o Podofilino. Las lesiones pre-cancerosas o displasia I, II y III con láser, crioterapia o conización entre otras. Además, para prevenir, existe la vacuna Gardasil con compuesto tetravalente efectivo para los subtipos 6, 11, 16 y 18, y la bivalente Cervariz para los subtipos 16 y 18, sirviendo ambas para combatir el cáncer del cuello uterino en un 70%.

Su periodo de incubación puede variar entre meses y años.